CAPÍTULO I
Sensoliva
Aquel día fue nefasto.
Nada me salió bien;
el pobre burro que me acompañaba en mi
reparto se partió una pata contra una piedra
y los quesos, embutidos y las garrafas de
aceite que llevaba, rodaron camino abajo,
destrozándose contra un muro.
Me senté sobre una piedra totalmente
abatido cuando de repente fui consciente de
que me encontraba junto a un olivar.
Aquella paz, el aire puro que entraba por mis
pulmones, el olor a campo y el canto del
zorzal hizo que me tranquilizara, que viera
aquella situación como lo que era, tan solo
una piedra en el camino, cómo tantas que me
iba a encontrar y las cuales debía superar,
pero sobre todo fue una revelación, debía
dedicarme al aceite de oliva.
Conoce toda nuestra gama
Últimas noticias
Una cuidada selección de historias, encuentros y saberes para los amantes del “Buen aceite”.
Municiosamente cuidados y seleccionados con la misma pasión y cariño que elaboramos nuestra gama de Aceites de Oliva Virgen Extra Premium